Tres Grandes Facciones
The Scourge , el Azote , la Plaga es una de las facciones mayoritarias de la raza de los No-Muertos junto a los Renegados y a los Caballeros de la Espada de Ébano. Su objetivo es controlar la totalidad del mundo de Azeroth y someter a sus habitantes.
El Azote fue creado inicialmente como una primera avanzadilla para la invasión de la Legión Ardiente en la Tercera Guerra. Más tarde sus miembros consiguieron liberarse de las ataduras de sus demoníacos maestros para - bajo el mandato del Lich King - establecer su propia base en el ártico continente de Northrend. Su influencia se extiende hacia el sur hasta llegar a las Tierras Plagadas en el norte de Lordaeron, y al sur de Quel'Thalas.
El Azote
El Azote fue (incluso hoy día) un vasto ejército de Undead creado por el Lich King - conocido como el chamán orco Ner'zhul. Sometido bajo el control de la Legión Ardiente, la misión del Azote era extender el terror y la destrucción a través del mundo para allanar el camino a la inminente invasión de la Legión. El Lich King, que gobernaba desde los territorios helados de Northrend, creó la terrible Plaga de Undead, que embarcaron hacia las tierras humanas del sur. Cuando la Plaga arribó en las costas de Lordaeron, los humanos empezaron a caer bajo la influencia mental de Ner'zhul que drenaba sus vidas envenenándolos y aumentando la capacidad numérica del Azote a cada día que pasaba.
Aunque Ner'zhul y el Azote de Undeads estaban doblegados a las órdenes de la Legión Ardiente, el Lich King luchó constantemente por liberarse y vengarse de los demonios que mutilaron su cuerpo y lo maldijeron por completo. Poco antes de la Batalla del Monte Hyjal, Ner'zhul maquinó la caída de la Legión Ardiente a través de su lugarteniente, Arthas Menethil, alertando al cazador de demonios Illidan Stormrage de la presencia de la Legión en Felwood. Los ataques de Illidan sobre los demonios que allí se concentraban provocó la muerte de Tichondrius y la destrucción de la Calavera de Gul'dan que debilitó mucho a la Legión e hizo posible que la Alianza, la Horda y los Elfos Nocturnos vencieran a Archimonde en la Batalla del Monte Hyjal. Fue en este punto en el que Ner'zhul finalmente fue consciente de la posibilidad de apostar por su libertad, cortando las correas que le ataban aún a los demonios que le sometieron que aún seguían vivos así como de su líder, Kil'jaeden. Esta maniobra provocó que el propio Kil'jaeden enfureciese de sobremanera elevando su ira hasta cotas inimaginables jurando vengarse por tamaña afrenta. Pero la derrota de la Legión privó a Kil'jaeden de su capacidad de destrucción inmediata y fue forzado a usar métodos más sutiles para deshacerse de su díscola creación.
Poco después de la Battalla del Monte Hyjal, Kill'jaeden contactó con Illidan Stormrage y le propuso una oferta demasiado tentadora como para que este se negarse: matar al Lich King y beneficiarse del gran poder que le otorgaría ser un Demon Lord.
Tras una reunión con sus, una vez aliados, los Naga, Illidan viajó a la Tumba de Sargeras y empezó a invocar un hechizo masivo usando el Ojo de Sargeras apuntando hacia el Trono de Hielo. Sin embargo el hechizo fue interrumpido a las once horas de haberse iniciado por el hermano de Illidan, Malfurion Stormrage, Maiev Shadowsong, y el príncipe Kael'thas Sunstrider. A pesar de que el hechizo no se había completado, había canalizado la suficiente energía para fracturar la prisión helada del Lich King. Esto causó que los poderes de Ner'Zhul despertaran, especialmete el control que ejercía sobre los Undead. Durante este periodo de tiempo, una gran parte del ejército del Lich King, liderados por Sylvanas Windrunner, consigió su libertad y abandonaron el Azote bajo la denominación de los Forsaken o los Renegados. Desesperado, Ner'zhul contactó telepáticamente con Arthas, el más grande de los Death Knights o Caballeros de la Muerte, para que se reuniera con él en Icecrown Citadel.